Aprender es adquirir conocimiento,
desarrollar destrezas y habilidades. En consonancia con el propósito divino, el
cerebro está diseñado
para no dejar de aprender nunca.
Aprendemos desde el vientre materno.
A los niños les encanta aprender. El reto consiste en mantener ese deseo de
aprender no solo durante la etapa escolar sino durante el resto de la vida.
Lamentablemente, los estudios son una
fuerte tensión para muchos jóvenes, pero con la ayuda de los padres esto puede
cambiar.
Los hijos ansían el amor de sus
padres. El amor impulsa a los padres a hablar regularmente con ellos y a
interesarse más en su educación.
Consejos para mejorar el aprendizaje
y convertirlo en una experiencia agradable:
Ponga interés y trate
de concentrarse.
Asocie conceptos.
Relacione lo que aprende con la vida
real.
Haga repaso.
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